Ya hace 25 años que mis padres están casados, hoy en día parece una eternidad para algunos pero cuando digo que mis abuelos llevan 60 y pico años (ya perdí la cuenta) felizmente juntos aun me parece más increíble.
Es tradición celebrar los 25 años de matrimonio, las bodas de plata, con un evento junto con amigos y/o familiares, aquí es donde nace este encargo, un recuerdo para los invitados...
Son unas galletas de vainilla, decoradas con glasa real o royal icing, con mucha paciencia y tiempo, luego están embolsadas con mi sello personal.
Seguro que alguno pensáis que da mucha pena comerlas, os diré que aunque están buenísimas, no son para comer, sino un recuerdo hasta llegar a las bodas de oro ;)
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